Por fin fuimos a la feria, y nos respetó el tiempo. Las niñas se lo pasaron en grande en la calle Infierno, con unos amigos que nos encontramos. Entre ellos el pequeño gran campeon de Dos Hermanas de Ajedrez, que hizo buenas migas con Silvia.
Al llegar a casa, dolor de pies y cansancio. Cené demasiado tarde, las 12:00, pero solo un plátano. La comida fué exagerada: tapeo de queso, jamón, calamares, aceitunas, pan con ajo y queso fundido.
A la mañana siguiente recibí una llamada para cambiar de trabajo, y no me lo he pensado dos veces.
DsD#41: 119.0
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