Este fin de semana hemos estado por tierras cacereñas para ver a mis suegros, y aprovechamos para ver las flores blancas del cerezo en flor en el Valle del Jerte.
La excursion
Fue un espectaculo digno de ver. El Sábado hicimos unos 20 bocadillos variados (queso, jamon, tortilla) ya que ibamos 6 mayores y 4 niños, y nos fuimos en dos coches. La verdad es que todo el fin de semana ha sido casi a base de bocadillos. Tardamos poco mas de una hora en llegar a nuestro destino y, despues de comer (era tarde), dimos un paseo de unos 2Km hacia el camping de "La Garganta del Infierno". Bueno, a algunos nos toco volver esos 2Km para llevar los coches.
TuX se encontro con su viejo amigo Bolo, todo un satiro, que esta vez recibio "lo suyo", y se lo paso en grande, ya que la mayor parte del tiempo estuvo suelto.
Ya en La Garganta, los mayores quisimos subir arriba, y dejamos a los niños con los abuelos (yo me olvide de dejarles las llaves del coche y los pobres pasaron mucho frio). La subida fué dura, todo el camino lleno de rocas irregulares, con mucha gente bajando a esa hora. Llegamos hasta "Los Pilones", donde bebimos agua fresca y contemplamos un paisaje merecedor del esfuerzo. La bajada se me hizo mas dura aún. Con un calzado inadecuado, sentía todas las piedras bajo mis pies, y el dolor iba en aumento. Se me hizo larguisimo.
Cuando llegamos abajo ya era de noche, comimos el ultimo bocata y regresamos a casa. Todos acabamos cansados, los niños, durante nuestra excursion, habían estado corriendo y jugando sin parar, y, ni Silvia ni Carmen protestaron para irse a la cama.
El día después
El domingo por la mañana tuve un tirón en la espalda (que aún me dura), pero afortunadamente mis pies se habian recuperado y podia andar sin dificultad. Pasamos la mañana viendo las motos (Gran Premio de España) mientras María devoraba "La Sombra del Viento". Comimos arroz, como es tradicional los domingos en CasaCatali, y yo bebí agua, luego me tomé una menta-poleo antes de salir (y después de una breve siesta).
En el camino de vuelta vimos cientos de motos que volvían de Jerez. Como apretaba el hambre, sobre todo a mi, compramos bocadillos de queso y jamon (de nuevo) en Monesterio y llegamos a eso de las 11 a casa.
DsD#9: 122.9
