El quinto dia

martes, 21 de agosto de 2007

Terminé este fin de semana pasado "El Quinto Día" ["De Zwerm" en el alemán original], el libro que comencé a leer en Septiembre del año pasado. Con clara tendencia ecologista y gran cantidad de contenido científico, el libro me ha gustado mucho, así que no daré detalles de su argumento. Después de leerlo, he recapacitado sobre algunas cosas.

Todos nosotros, desde el punto de vista de cualquier otro ser vivo del planeta somos una diminuta población de seres vertebrados muy dañinos [como un virus mortal]. Nos consideramos inteligentes, los elegidos para dominar el planeta, pero "evolucionamos" inexorablemente hacia nuestra propia destrucción. Y lo peor es que lo sabemos y no hacemos nada, dejando un problema cada vez mayor para las generaciones venideras: contaminación, enfermedad, consumismo, egoismo.

Dentro de la historia del planeta, nuestra existencia [desde el homo sapiens] se reduce a un corto lapso de tiempo. Hemos aparecido y podemos dejar de existir sin afectar al funcionamiento global de la Tierra [ya ocurrió con los dinosaurios]. Las bacterias y otros organismos seguirían existiendo, y a todas luces, vivirían mejor. No somos tan importantes, ni mucho menos imprescindibles.

Somos la comunidad de seres vivientes peor organizada que existe. Incapaces de avanzar en un mismo sentido, nos perdemos en la búsqueda del éxito personal en perjuicio los unos de los otros [en definitiva, en perjuicio de la comunidad]. Por poner un ejemplo, si se consigue un avance [digamos un nuevo descubrimiento científico] en lugar de hacerlo llegar de la manera más eficaz y económica a toda la humanidad, unos pocos se encargan de mantenerlo en secreto el máximo tiempo posible para sacarle provecho en su propio beneficio.

Lo que hemos llamado civilización [la tecnología] avanza sólo en un sentido: la sociedad del consumo. Mientras una hormiga no tiene más necesidad que su alimento, en los países ricos las personas necesitan un coche más rápido, una pantalla de 40", un reproductor MP3 por bluetooth, una segunda vivienda, etc... No importa que los accidentes de tráfico sean la primera causa de muerte en sociedades "civilizadas" o que los tipos de interés para las hipotecas no dejan de subir y puede que acabemos arruinados. Y el motivo no es otro que la falta de conciencia y memoria global. No vemos el peligro [no nos preocupa] hasta que no nos toca directamente. La comunidad reacciona tarde o nunca.

Si lo pensamos, otra posibilidad es que nuestra breve existencia SI tenga un sentido: acelerar una nueva glaciación y renovar las formas de vida en el planeta. En ese sentido seríamos útiles.

Se que todo esto te va a sonar derrotista y pesimista, pero también puede ayudarte a pensar en el lugar que ocupamos y en cúal debe ser el sentido de nuestra vida: ayudar a la comunidad [especialmente a los que nos rodean].

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Unknown dijo...

Me quito el sombrero ante tu exposición.Estoy contigo en todo lo que has escrito.
Somos víctimas de nuestros propios excesos,egoísmo e incivismo.Vamos directos a la desaparición.De los dinosaurios se hablará ad eternum,de nosotros,nadie querrá pronunciar palabra.Caemos en espiral.No importa que a cada problema busquemos solución,ya que sobre esa misma solución volveremos a buscar otro problema superior.Si Dios no existe,tendremos que inventar uno virtual.
Triste,muy triste.
Saludos.